Caminos: Charla Ali - Satine (Hª de la Pija)

La miro de reojo y sonrío, cuando me pregunta arqueo una ceja.
-Pues la verdad es que no lo hemos hablado nunca, en una ocasión si que le dije que si fuesemos humanos me hubiese encantado ser la madre de sus hijos.. pero en esta situación, ni si quiera me lo había planteado..me parecía una locura - suspiro y continuo caminando- ¿sabes? desde que me lo arrebatarón de aquella forma y luego lo recuperé mis sentimientos han cambiado, son mucho mas fuertes.. si eso era posible y me siento capaz de cualquier cosa por él y el tener una familia- ladeo la cabeza- ya no me parece algo tan descabellado, me imagino a Johan con un niño en brazos y no sé.. me da ternura. Aunque no sé como se me daría a mi el ser madre, ¿te imaginas?- pregunto echándome a reir- eso si.. el niño bien vestido si que iría.

La miro y me echo a reir.
- Sé de lo que hablas, yo imagino a Jason con Cass y con David en brazos siendo ellos bebés y me parece una imagen hermosa y tierna. Me gustaría haberle visto en aquella época cuidando de ellos... Y espero verle cuidando del que tengamos en común, o de los que tengamos- Hago una pausa antes de volver a hablar- Cuando estés lista para ser madre, lo sabrás. Y entonces te tocará tener una charla con Johan, si es que no la tiene él antes contigo.- Le hago un guiño- Esta noche nos estamos desquitando bien, ¿después de esto no volveremos a hablar en un año? espero que no, aunque seguro que en Bucarest no estaremos más tranquilos que en Pitesti.

Me río.
-Es que hacía demasiado tiempo que no hablábamos... Bucarest, veremos que nos espera allí, yo no sé si estaremos mas tranquilos pero por lo menos espero que llamemos menos la atención.. que vamos, nos han faltado los luminosos en la frente- miro al cielo y noto como no va a tardar demasiado en amanecer- bueno.. ¿una carrera hasta el carro?- le pregunto con una sonrisa y empiezo a correr- venga....a ese paso se te hace de día.

La veo salir corriendo y parpadeo.
- ¡Eh! ¡Espera! Eso es trampa- digo antes de salir tras ella, cuando llegamos al carro, Satine abre la compuerta trasera y sube de un salto y yo hago lo propio.
Aún sofocando las risitas, nos colocamos cada una en su lugar para acomodarnos, ella junto a Johan, yo junto a Jason.
Me quedo mirándo la expresión del regente durante largo rato, recordando muchas de las experiencias vividas junto a él. Y antes de caer dormida de nuevo, alzo una mano para acariciar suavemente el perfil de su rostro, luego cierro los ojos mientras fuera la luz baña el mundo llenándolo de color.